Pero nunca será. Tú no eres ésa, yo no soy ése, ésos, los que fuimos antes de ser nosotros.
Estos versos de Benedetti del poema "Asunción de tí" me parecen increibles para definir como nos hacemos unos a otros a través de la relación. De cómo el contacto nos modela y hace que nunca más seamos lo que fuimos.
Gracias a Benedetti soy más consciente de lo que aprecio a una Pipa Langstrom como tú. Besicos
Y enero vendía sus zapatos en un rastro para comprar dos palabras que alborotaran este silencio. Feliz, pero inquietante.
Así como del fondo de la música brota una nota que mientras vibra crece y se adelgaza hasta que en otra música enmudece, brota del fondo del silencio otro silencio, aguda torre, espada, y sube y crece y nos suspende y mientras sube caen recuerdos, esperanzas, las pequeñas mentiras y las grandes, y queremos gritar y en la garganta se desvanece el grito: desembocamos al silencio en donde los silencios enmudecen.
Molan esos calcetines tan largos larguísimos que llevan las mujeres que pintaba Egon...
ResponderEliminarHolita. Donde anda Pep que hace tiempo...??
ResponderEliminarPero nunca será. Tú no eres ésa,
ResponderEliminaryo no soy ése, ésos, los que fuimos
antes de ser nosotros.
Estos versos de Benedetti del poema "Asunción de tí" me parecen increibles para definir como nos hacemos unos a otros a través de la relación. De cómo el contacto nos modela y hace que nunca más seamos lo que fuimos.
Gracias a Benedetti soy más consciente de lo que aprecio a una Pipa Langstrom como tú.
Besicos
Y enero vendía sus zapatos en un rastro para comprar dos palabras que alborotaran este silencio. Feliz, pero inquietante.
ResponderEliminarAsí como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.
Octavio Paz (Pipa de la Paz)